Uno de los procedimientos más comunes en odontología conservadora son los empastes dentales, que se utilizan para reparar dientes con caries o pequeños daños. Con materiales como la resina compuesta, que se adapta al color natural de tus dientes, logramos una reparación tanto estética como funcional.

Otra técnica importante son los selladores dentales, una capa protectora que se aplica sobre las superficies de masticación de los dientes posteriores para prevenir la caries. Este tratamiento es especialmente útil en niños y adolescentes, quienes tienen mayor riesgo de sufrir caries en estos dientes. Además, la odontología conservadora también incluye tratamientos como coronas parciales o incrustaciones, que restauran dientes dañados sin necesidad de cubrirlos por completo.

La prevención es clave en odontología conservadora. Por eso, la terapia de flúor y las limpiezas regulares son esenciales para mantener los dientes libres de caries y conservar la salud bucal a largo plazo.

Lo más importante de este enfoque es la detección temprana y el tratamiento inmediato de cualquier problema dental. Con visitas regulares al dentista y una buena rutina de higiene oral, puedes asegurar que tus dientes naturales se mantendrán sanos y funcionales durante toda tu vida.